MUSEO THYSSEN

El origen de la colección data de 1947 cuando el primer Barón Thyssen-Bornemisza reunió una importante colección de 525 cuadros de arte antiguo. A su muerte, la herencia repartió bienes y cuadros entre sus cuatro hijos, desbaratando la colección. El más pequeño, Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, heredero del título nobiliario y del interés artístico de su padre, fue poco a poco comprando las obras a sus hermanos, e incorporando otras nuevos, entre las cuales ya se incluía a maestros modernos como Picasso, Van Gogh, Monet, Bacon, etc. dando lugar a la colección de arte privada más importante del mundo.

El Museo Thyssen-Bornemisza, junto con el Prado y el Reina Sofía, forman lo que se conoce como el triángulo del arte, una de las mayores concentraciones artísticas del mundo. Cada uno de los vértices tiene sus características, y en el Thyssen se pueden admirar, además de las obras de los maestros antiguos, cuadros de los impresionistas, del arte pop y de otras corrientes modernas hasta entonces inéditas en el panorama cultural español.

Más información en https://www.museothyssen.org/

OBRAS DESTACADAS:

JESÚS ENTRE LOS DOCTORES (1506). Alberto Durero (1471-1528) es el máximo representante del Renacimiento alemán. En sus cuadros combina la tradición medieval con los nuevos conceptos traídos desde Italia. Sus cuadros tienen una gran destreza técnica y un virtuoso delineado, como el que podemos admirar si nos fijamos en las manos de Jesús y del rabino que le acompaña.

RETRATO DE ENRIQUE VIII (1537). Hans Holbein, el joven (1497-1543) fue un pintor y grabador alemán enclavado en el Renacimiento nórdico y especialmente dotado para el retrato. En 1532 llegó a Inglaterra donde pintó este magnífico retrato del rey Enrique VIII, que nos muestra toda la altiva personalidad de quien rompió con el papado, para divorciarse y poder casarse de nuevo.

LA PLAZA DE SAN MARCOS EN VENECIA (1723). Canaletto (1697-1768) nos dejó grandes muestras de su virtuosismo como en este cuadro donde con una precisión casi cartográfica recoge hasta el más mínimo detalle de la plaza de San Marcos. Eran cuadros concebidos como postales de recuerdo para turistas y viajeros, y en el museo Thyssen podemos admirar varios de ellos.

BAILARINA BASCULANDO (1879) Edgar Degas. La muestra de pintores impresionistas incluye a Van Gogh, Cezanne, Monet, Gaugin… y las famosas bailarinas de Degas. En este cuadro, realizado con la técnica de pastel, lo importante para el artista era captar el instante, y su luz, no tanto como la definición de las formas. El encuadre, con las siluetas recortadas, se asemeja a una fotografía.

SURREALISMO Salvador Dalí. En el museo Thyssen caben todas las tendencias, estando el Surrealismo representado, entre otros, por el cuadro de Salvador Dalí “Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar”, que sólo con el título lo dice casi todo. Dalí, inspirándose en Freud, multiplicaba los significados de las imágenes.

HABITACIÓN DE HOTEL (1931) Edward Hopper. Entre la amplia muestra de pintores norteamericanos preste especial atención a este cuadro, que nos muestra a una mujer agotada en una triste habitación de hotel leyendo el horario del tren que tendrá que coger al día siguiente. Hopper fue uno de los grandes representantes del Realismo del siglo XX y fiel retratista de la vida moderna.

SIN TÍTULO (VERDE SOBRE MORADO) 1961. Rothko consideraba el color puro como la mejor forma producir emociones profundas en el espectador. Sus cuadros son de grandes dimensiones, donde amplios campos de color aplicados en finas veladuras, quedan suspendidos sobre fondos monocromáticos. Era su forma de pintar para reflejar el éxtasis o las grandes tragedias.