Arnedillo es un encantador pueblo en el valle alto del río Cidacos, entre las sierras la Hez y Peñalmonte, en la Rioja Baja, comarca de Arnedo. Tiene una población de 452 arnedillenses y es conocido por sus aguas termales, sus siete ermitas y lo bien conservado de su arquitectura.
Aunque a Arnedillo se le suele llamar el pueblo de las siete ermitas, la ruta propuesta nos lleva a conocer cuatro, dedicadas a: San Zoilo, esta se encuentra junto al balneario de aguas termales; San Andrés y San Blas, San Miguel y Santa María de Peñalba, respectivamente.
Ruta de las Ermitas de Arnedillo
Ruta: circular. Longitud: 7,38 km. Desnivel: 252 m. Tiempo estimado: 3,5 h. Dificultad Técnica: fácil.
Iniciamos el recorrido en las pozas termales del río Cidacos. El balneario cuenta con una piscina de aguas cálidas que surgen de la tierra a más de 50 grados centígrados y son una fuente local de buena salud al aire libre. Si vienes en coche puedes aparcar junto al complejo de piscinas municipales.
A 600 metros, aún bordeamos las casas del pueblo y encontramos el trujal de aceite de Arnedillo. Fue construido durante el siglo XIX y aún se puede observar las antiguas instalaciones y maquinaria con que se procesaban las olivas para elaborar aceite.
Continuamos el recorrido en un suave descenso, avanzamos 500 metros por la ribera y huertas del río Cidacos, hasta llegar al puente San Andrés, joya arquitectónica construida en el siglo XVI, es una estructura de un solo ojo, hecha en mampostería y sillería. Este puente une la carretera general con el cementerio de la localidad y el castillo.
Esta ruta transita por una parte de la vía verde y siguiéndola llegamos hasta el Mirador del Buitre, un excelente punto de observación de la colonia de buitres leonados que habitan en la parte superior de las formaciones calizas que se encuentran en el lugar.Leer más
Si tienes suerte y llegas a una hora conveniente puedes visitar el Centro de Interpretación dedicado al buitre leonado y aprender más acerca de estas aves carroñeras y la importancia que tienen para su entorno.
Volvemos a tomar la vía verde y descendemos, a quinientos metros, salimos de ella y tomamos un sendero a mano derecha para iniciar el ascenso a las ermitas.
Son casi dos kilómetros hasta llegar a la primera de las ermitas, la de Santa María de Peñalba. Es una construcción mozárabe del siglo X, hecha en sillería, con dos ábsides, uno circular y uno rectangular; arcos, una palmera y una columna redonda que en el techo parece extenderse como ramas de este árbol. Las vistas desde este punto son bellísimas, nos encontramos en el lugar más alto de este recorrido.
Al descender encontramos a la derecha un antiguo nevero o pozo de nieve. Una construcción en la que se guardaba la nieve del invierno para utilizarla en tiempos más cálidos. A unos 150 metros de allí tomamos un desvío del sendero hacia la derecha para visitar la ermita de San Miguel, una edificación reconstruida, la antigua correspondía al siglo XVI. En su interior se encuentra una talla de San Miguel de finales del siglo XVI.
A continuación, seguimos el sendero descendente, andamos alrededor de 1,1 km, hasta la ermita de San Andrés y San Blas, una construcción de estilo barroco del siglo XVIII, hecha en mampostería y de planta rectangular. La decoración interior cuenta con un retablo de San Andrés, del año 1770 y una talla romanista de comienzos del siglo XVII.
Para concluir, tomamos el antiguo túnel de la vía férrea de Arnedillo que funciona como paso peatonal, a la salida de este nos encontramos a unos 300 metros de donde iniciamos la ruta.